Uno de los mayores placeres de la vida es dar un agradable paseo por esos rincones maravillosos que esconde la naturaleza.
Sin duda una buena elección sería el Hayedo de Montejo.
Allí pasamos uno de nuestros días de verano. Un verdadero lujo.
Sol, calor, colores, aromas… buena compañía. Qué más se puede pedir!!!
Pues… una buena comida, por ejemplo, que también la tuvimos.
Y como guinda, cafecito y muchas risas. En resumen: estupendo.
Hubo una frase memorable que no quisiera olvidar: "Tú ves despacio, que yo voy a mi ritmo"
Se merece un dulce!!!
Y con este frío que se nos ha echado encima, la imagen que ha venido a mi cabeza ha sido esta:
Seguid abrigaditos !!
Sonia